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Piscina Almériz: Una piscina para todos

Domingo Malo Arilla

Grupo Municipal Socialista

Estos días se cumplen diez años de aquel 8 de septiembre de 2003 en el que se abrió al público la nueva piscina cubierta Almériz. Y todos, en mi modesta opinión, deberíamos celebrar esta efemérides con satisfacción, orgullo y alegría.

Digo esto por la acogida social que ha tenido esta instalación desde el principio. Pero además, recordando el proceso de participación ciudadana puesto en marcha para buscar y definir el modelo de piscina que nuestro Ayuntamiento quería construir. Un proceso que resultó modélico. No lo digo yo, sino que nos lo transmitieron todos aquellos que participaron en el mismo, así como los técnicos deportivos de otras poblaciones que, cuando visitan la instalación, admiran y copian el resultado final.

Una de las claves de este éxito fue el nuevo talante con que se diseñó y ejecutó la obra, fruto de un constante diálogo entre la parte técnica deportiva municipal y los técnicos arquitectos redactores del proyecto con el fin de definir, no solo el proyecto básico, sino también el definitivo, y todo ello coordinado por los representantes políticos.

Otra novedad fue la de incluir en el pliego de condiciones administrativas y técnicas la figura del asesor en construcción de piscinas cubiertas, tarea finalmente asumida por un arquitecto con una amplia trayectoria, que había construido más de cincuenta piscinas en el territorio nacional.

Para elaborar la propuesta inicial nos reunimos con profesores y alumnos de la Facultad de Ciencias de la Salud y del Deporte del Campus de Huesca, quienes nos comentaron sus opiniones y de quienes recogimos muchas ideas basadas en la experiencia y en la reflexión.

Igualmente con la Federación de Natación, con directivos, técnicos y entrenadores, para prever cuestiones técnicas en relación con las competiciones federadas.

También tuvimos la oportunidad de escuchar a la Coordinadora de Asociaciones de Personas con Discapacidad de Huesca (CADIS) para que nos trasladara sus inquietudes no solo en lo relativo al acceso a los vasos de la piscina, sino también a la hora de diseñar los vestuarios y accesibilidad general de la instalación.

Solicitamos la opinión de los representantes de usuarios de la piscina del Parque, con cuya práctica y a partir de las dificultades con que se encontraban en esa instalación deportiva tuvimos la oportunidad de evitar errores anteriores.

Muy importante fue contar con la experiencia de los empleados del Patronato Municipal de Deportes, que habían estado trabajando en la piscina cubierta del Parque y en las piscinas de verano, sobre todo en cuanto al manejo de maquinarias y productos químicos. Así como conocer la experiencia de socorristas y monitores de natación.

Además asistimos en Barcelona a una de las ediciones del Salón Internacional de la Piscina y a la Feria Tecnodeporte de Zaragoza, donde conocimos los resultados de nuevos materiales y tecnologías que pudiéramos implantar en nuestra futura piscina.

Organizamos, conjuntamente con la Facultad de Ciencias de la Salud y del Deporte, unas jornadas abiertas para explicar nuestra idea inicial y recoger las sugerencias y propuestas de clubes, federaciones, técnicos, entrenadores, ciudadanos y usuarios del medio acuático, para luego plasmarlo en el proyecto técnico definitivo.

Visitamos previamente varias piscinas cubiertas en Calahorra, Zaragoza, Logroño y Sant Joan Despí, para ver el modelo de gestión y los problemas constructivos con que se habían encontrado los respectivos ayuntamientos a la hora de su realización.

En cuanto a la denominación de la piscina, quisimos que tuviera un nombre alusivo a la tradición e historia de su ubicación porque por allí pasa la acequia árabe de regadío Almériz. Al arquitecto municipal se le ocurrió, con buen criterio, escribir en la fachada la palabra Almériz en castellano, árabe y ruso, un bonito guiño evidenciando la diversidad cultural que por aquellos años ya era importante en nuestra ciudad con la acogida de cerca de 6.000 inmigrantes que vinieron en búsqueda de una vida mejor.

En la inauguración pudimos disfrutar de un espectáculo acuático del excelente grupo oscense Lagarto Lagarto, que resultó magnífico, con ejercicios circenses, luces y fuego, digno del acto que celebrábamos.

La piscina se inauguró por las autoridades el 14 de abril de 2003. Desde esa fecha hasta el 8 de septiembre que se abrió al público, hubo un período de pruebas de uso de las instalaciones por parte de los clubes de natación de la ciudad, para corregir posibles errores de funcionamiento.

Recordando ahora todo este proceso, no puedo más que expresar mi agradecimiento a todos aquellos que participaron activamente en el diseño y la construcción de la piscina Almériz así como celebrar el consenso político alcanzado en este proyecto de ciudad.

Considerándola una piscina de todos, he evitado mencionar nombres concretos de personas que fueron protagonistas en la generación de la idea y en su construcción. A todos los tengo en mi memoria agradecida. Es una piscina cubierta pública, de todos y para todos, y eso basta y es lo importante.

Diez años después, los datos lo dicen todo en este sentido: más de 1.700.000 usuarios desde su inauguración. En 2012 los ingresos ascendieron a 260.769,57 euros y los gastos a 575.917,30 euros, es decir, que mantener durante un año la piscina Almériz cuesta al erario público 315.147,73 euros, posibilitando 184.082 usos anuales.

Me permito terminar poniendo el acento en que también esta instalación es parte de la herencia recibida de anteriores mandatos por el actual equipo de gobierno municipal.

 
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