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Un mes después de la peatonalización de Huesca, sigue siendo necesario un cambio de hábitos

Este lunes, 21 de octubre, se cumple un mes desde que el centro de Huesca se cerrara al tráfico. Desde entonces, ha sido necesario un tiempo de adaptación a los cambios, especialmente, a las nuevas direcciones, aparcamientos, calles cerradas, carriles bici y zona azul. Ese período de adaptación se mantiene y es que todavía hace falta que, tanto conductores como peatones o ciclistas, se acostumbren al nuevo modelo de movilidad. Como suele ocurrir con un proceso de tal envergadura, no llueve a gusto de todos y suenan voces contrarias a la peatonalización.

Uno de los objetivos del Partido Popular cuando llegó al Ayuntamiento de Huesca fue el de iniciar el proceso para peatonalizar el centro de la ciudad. Para ello, contrató a la empresa Doymo, encargada de elaborar el Plan de Movilidad. Un documento que se presentó en el mes de junio y que contempla medidas a corto, medio y largo plazo. A corto plazo, lo que queda de legislatura, la peatonalización de las arterias principales, completar una red de carril bici o la mejora en el servicio de transporte urbano eran algunas de las líneas fundamentales. El nuevo servicio de bus urbano entró en servicio en septiembre y comprende nuevos recorridos y paradas.

Todavía hace falta pulir detalles y ver cómo evoluciona el Plan. Por el momento no se sanciona y tampoco las cámaras de control de acceso a las zonas peatonales están en marcha. Sí están señalizadas y se han colocado unos maceteros para delimitarlas. Se tienen que instalar 18 cámaras de lectura de matrícula, 10 de entrada y 8 de salida.

También se han hecho efectivos los cambios de circulación. Las calles Cabestany, Cavia, Gil Cávez, Tarbes y José María Lacasa han pasado a ser de una sola dirección. Esto conllevó la ubicación de nuevos semáforos y el pintado de la nueva señalización.

Otro paso importante ha sido la creación de nuevos carriles bici con el objetivo de cerrar una red ciclista. En la actualidad hay más de 14 kilómetros.

Paralelamente, se ha señalizado la nueva zona azul que se extiende por distintas calles hasta alcanzar más de 1.000 plazas de aparcamiento. La zona azul se sitúa en el perímetro de la zona peatonal. Una parte de avenida Pirineos, avenida Monreal, calle del Parque, Joaquín Costa, Tarbes, Vicente Campo o la plaza Santa Clara han pasado a ser de pago. Los nuevos parquímetros están en marcha y funcionando pero Dornier, la empresa que gestión la zona azul, mantiene una semana más el período de información y las multas todavía no son efectivas.

Este proceso debe ir acompañado de obras de reurbanización. Unas obras que se van a ir haciendo conforme a la realidad presupuestaria. En unos días comenzarán las del primer tramo del Coso Bajo, el comprendido entre la plaza de San Lorenzo y los Porches de Galicia.

 
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