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Sorpresa, orgullo o enfado tras el mantenimiento de Aquitania como región

El anuncio de François Hollande de reducir las actuales 22 regiones de Francia a 14, está causando no pocos comentarios y críticas. Dentro de lo que son las regiones vecinas a la provincia de Huesca, Aquitania mantendría su estatus, mientras que Midi-Pyrénées se uniría con Languedoc-Roussillon. El diario la République des Pyrénées ha recogido diversas opiniones al respecto, en su mayoría negativas a esta modificación del modelo organizativo francés, con un nuevo mapa regional.

El presidente del Conséil Général de los Pirineos Atlánticos, Georges Labazée, cree que el hecho de que Aquitania continúe tal cual, prueba que su región tiene una “talla”, una población y un dinamismo que hacen que se baste ella sola. Asegura, en todo caso, que había pedido que se les uniera a Midi-Pyrénées. Que se les haya dejado finalmente solos, añade, no impedirá que el departamento de Pirineos Atlánticos continúe su colaboración con Altos Pirineos.

Hollande también confirmó la desaparición de los Conséils Généraux en 2020. A este respecto, Labazée se muestra más firme. Dice que todo el mundo quiere encargarse de la economía, pero se pregunta qué ocurrirá con lo “social”, ya que hay muchas cuestiones abiertas. Además, el departamento gestiona dos estaciones de esquí o el tren de la Rhune, que duda que alguien pueda recuperar. Lo mismo para el Servicio departamental de incendios y socorro, que subvencionan con unos 25 millones de euros, o con el patrimonio… Todas estas cuestiones se debatirán en el próximo pleno del Conséil Général el 26 de junio.

Pero hay más reacciones. Alain Rousset, el presidente de la Región de Aquitania no excluye una futura revisión de todo lo que se ha decidido. Cree que en 4 o 6 años habrá que revisar este recorte, para que se adapte mejor a la realidad.

El hecho de que el perímetro de Aquitania no se haya modificado, ha causado el enfado en los departamentos vecinos. De hecho, el presidente del Conséil Général de Charente-Maritime, Dominique Bussereau, habla de chanchullos políticos, ya que cree que habría que haber fusionado Poitou-Charente con Aquitania, alrededor de Burdeos. Otro consejero regional, Frédéric Nihous, se muestra decepcionado por la reforma. Indica que Aquitania se quedará “replegada” sobre ella misma y atenazada entre las dos colectividades mastodónticas vecinas.

Por su parte, Martin Malvy, presidente de la Región Midi-Pyrénées dice comprender a ciertos presidentes de los Conséils Généraux de numerosas regiones, manifestando su interés por Midi-Pyrénées. Se pregunta, además, por qué no se entablaría esta discusión con ocasión del debate parlamentario.

Hay que recordar que, al norte de Aquitania se encuentran las regiones de Poitou-Charentes y Limousin, que quedan unidas a la región de Centre.

El “departamento”, como circunscripción, en todo caso, sobrevivirá. En tanto que administración de acción pública, se mantendrá como una circunscripción de referencia esencial para el Estado, en torno a los prefectos y a la administración descentralizada, con las misiones que se esperan de ellos: garantizar el respeto de la ley y proteger a los ciudadanos, permitiéndoles tener acceso a los servicios públicos, allí donde se encuentren.

HISTORIA RECIENTE

En el año 2003, las regiones de Francia conocieron finalmente su reconocimiento, relativo a la organización descentralizada de la República, que reconocía a las regiones un estatuto de colectividad territorial de pleno derecho. Desde 1981, la superposición de los tres niveles de administración local (región, departamento, comunidad) recibió numerosas críticas. Algunos ya preconizaban el refuerzo de la región en detrimento de los departamentos. Otros apostaban por el reagrupamiento de las comunidades. En 2008, la necesidad de simplificar las estructuras de las colectividades locales, economizar los presupuestos y clarificar el reparto de sus competencias y sus medios financieros, se tradujo en la creación del Comité para la reforma de las colectividades locales.

Bajo el impulso de Nicolas Sarkozy, el Parlamento francés adoptó el 16 de diciembre de 2010 el proyecto de ley de reforma de las colectividades territoriales, que pretendía renovar la arquitectura institucional local, con el fin de aligerar el coste territorial, remediar los defectos de la organización territorial y clarificar las competencias.

A partir del modelo propuesto el pasado 3 de junio por François Hollande, 22 regiones, a las que se cedería una parte de las competencias de los Consejos Generales llamados a desaparecer, serán reforzadas como grandes actores del desarrollo económico, y recortadas para convertirse en las 14 “Súper regiones”.

 
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