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La trashumancia mantiene la potencia del ovino en la provincia de Huesca

Desde 2011, el Gobierno de Aragón, declara la trashumancia que tiene lugar en la Comunidad Autónoma como Bien de Interés Cultural. Enrique Novales, Jefe de Servicio de Recursos Ganaderos del Departamento de Agricultura del Gobierno de Aragón, considera que “hoy, trasladar el ganado supone un ahorro importante en su alimentación al no haber pasto suficiente en comarcas como La Hoya, Monegros o La Litera. Los ganaderos no tienen otro remedio que viajar a los puertos del Pirineo, en valles como Broto, Vio, Bielsa o Gistaín. También a las sierras de Albarracín o Maestrazgo, a las que regresan en verano los ganaderos de estas comarcas desde Comunidades vecinas más al sur donde han pasado un invierno menos frío”.

Enrique Fantova, veterinario de Oviaragón- Grupo Pastores, entiende que es una práctica que está en retroceso por lo costosa y lo que significa de sacrificio personal, aunque la mantienen algunos de los ganaderos integrados en esta entidad -con unas 430.000 ovejas asociadas- como es el caso de algunas explotaciones de la Jacetania, Sobrarbe y la Ribagorza que viajan a los puertos más cercanos. También se mantiene estos movimientos en algunas comarcas de Teruel.

Enrique Novales explica que un viaje desde una comarca oscense a uno de los puertos pirenaicos viene a costar entre 10 ó 12 días a razón de 20 ó 30 kilómetros diarios a través de las vías pecuarias o cañadas. Previamente, estos propietarios se han hecho en alguna de las muchas subastas que se celebran con pastos de los puertos pirenaicos, la mayoría propiedad de los ayuntamientos. “Al final -es de la opinión Novales- el coste de los pastos no es significativo y viene a suponer unos 4 ó 5 euros por cabeza. El hecho de alimentarse en estos pastos tampoco influye en la calidad final de la carne”.

La Comunidad Autónoma es también una potencia en cuanto a vías pecuarias se refiere, las rutas que siguen estos ganados. Aragón suma 13.775 kilómetros repartidos entre Zaragoza (4.723 kilómetros), Huesca (4.325) y Teruel (4.727). En total, casi 45.000 hectáreas de terreno tienen esta calificación.

En esencia, la actividad trashumante responde a los mismos motivos en el siglo XXI cuando Jaime I, en 1218, nombró el primer Justicia de Ganaderos, una institución que perduró durante siglos. La intención y finalidad es la misma que en aquellos otros tramos de la historia donde destacaba el poder social y económico de ligallos y mestas para organizar estos tránsitos de ganados a través de tierras aragonesas.

 
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