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Walqa o la unidad bien entendida

Walqa o la unidad bien entendida

Fernando Gállego

Hace escasos días, voces empresariales reclamaban unidad de todos los activos políticos e industriales para trabajar juntos por el Parque Tecnológico Walqa. Y así debe ser. No podemos estar más de acuerdo. Porque Walqa debe seguir siendo o volver a ser, el centro de excelencia de la actividad tecnológica en Aragón. Por ello, hemos luchado siempre los socialistas y, por ello, seguimos y seguiremos luchando.

Unidad es lo que ha existido desde la creación del Parque, hasta que el Partido Popular recaló en el gobierno de las instituciones, tanto en el Gobierno de Aragón como en el Ayuntamiento de Huesca. Unidad que, en el caso de los gobiernos anteriores, se traducía en voluntad política y compromiso presupuestario para apoyar la mayor apuesta que se ha hecho por esta ciudad y esta provincia en las últimas décadas. Sólo mediante esa voluntad se consiguió que, a pesar de la brutal crisis económica que vivimos desde 2008, el Parque siguiera creciendo hasta alcanzar los 850 trabajadores, según se deduce de lo expresado por el consejero Aliaga en su reciente comparecencia en la Comisión de Industria de las Cortes.

A partir de entonces, desde 2011, las cosas han cambiado y mucho. Y ello no es, sin duda, por falta de voluntad y de dedicación de la dirección del Parque, que bastante hace con intentar mantener lo que allí hay, después del recorte de personal, especialmente, de la figura del gerente. Este recorte, unido al presupuestario, impide la promoción del Parque más allá de nuestra capital, Zaragoza: esa es la “gran apuesta” del Partido Popular por Walqa.

La unidad se rompe cuando, además de todo lo referido, se cae en la autocomplacencia, en el triunfalismo y, sobre todo, en la mentira.

Y eso es lo que se ha hecho en el Ayuntamiento de Huesca en los últimos meses. El 10 de octubre de 2014 se celebró un Pleno Extraordinario monográfico, para tratar la situación del Parque Tecnológico. En esa reunión, la más importante que celebra la institución, se incurrió, como decía, en autocomplacencia y en importantes falsedades. El representante del Grupo Popular y presidente de la Comisión de Desarrollo cayó en la tentación, en su borrachera de triunfalismo, de apoderarse de los logros ajenos, de los logros de los gobiernos socialistas, que permitieron -en coalición con el Partido Aragonés, para ser justos- ese crecimiento en plena crisis. Se llegó a hablar en ese pleno de un 40% de incremento de trabajadores, cifrándolos en 830. Hubo quien habló de 91 empresas, cuando la realidad es bien distinta. Finalmente, el consejero Aliaga ha aclarado que hay 722 trabajadores, un 15% menos que en el año 2011, en 57 empresas.

Lo cierto es que, aun estando en el Gobierno de Aragón el mismo consejero de Industria que hubo en la anterior legislatura, las directrices son ahora bien distintas. Precisamente, es esa la prueba irrefutable de la desidia del Partido Popular ante Walqa.

A todo ello, hay que sumar la falta de información por la vicepresidenta del Parque y alcaldesa de Huesca, Ana Alós, y el oscurantismo, habitual, por otra parte. Desde el mes de septiembre, el Grupo Municipal Socialista espera información, solicitada por escrito en dos ocasiones, sobre número real de empresas, número real de trabajadores, precios de alquiler y venta, situación financiera y actuaciones de promoción del Parque. Una vez más, la respuesta es el silencio. Un silencio y un oscurantismo que lo que realmente entrañan es la absoluta incapacidad de la alcaldesa de Huesca para gestionar un asunto tan importante para Huesca.

Como en otros muchos temas, el triunfalismo, las falsedades y la demagogia demuestran la resignación que desde el Gobierno de Aragón se quiere imponer a esta ciudad. No hay peor demagogia que ocultar la realidad.

Hay que tomar medidas con urgencia para recuperar el dinamismo del Parque, un Parque gestionado por una Sociedad que, a finales del mes de septiembre, según la auditoría realizada, se encontraba en una situación de incertidumbre sobre su capacidad para continuar con la actividad. Ante estas circunstancias, no hay duda de que Walqa merece y necesita todo el apoyo del Gobierno de Aragón y del Ayuntamiento de Huesca y no la tibieza y las excusas de la crisis.

El movimiento se demuestra andando y, cuando se gobierna, el apoyo se demuestra con decisiones políticas que contribuyan al crecimiento del Parque y no en el sentido contrario.

 
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