Retejar Loreto

Retejar Loreto

Con la intención de contribuir a la búsqueda de soluciones para la rehabilitación de la ermita de Loreto, me permito hacer una sugerencia al Obispado, propietario del santuario y responsable, por lo mismo, de su mantenimiento y conservación. Obligaciones, bien se ve, que han sido atendidas de modo negligente a tenor del estado de la cubierta y aun del conjunto, en el que según un grupo de técnicos será necesaria una inversión de seiscientos mil euros para recuperar en su integridad el caracterizado edificio.

Dado que el Obispado de Huesca, al amparo del artículo 206 de la Ley Hipotecaria, ha ido aumentando en los últimos años de forma nada desdeñable su patrimonio, inmatriculando bienes carentes de dominio a título de propiedad, podría revertir el valor de algunas de tales fincas en la empresa restauradora que nos ocupa. Así, propongo que, por proximidad, comience poniendo a la venta el conocido como huerto del cura en Cuarte, que el prelado Jesús Sanz inscribió a mayor gloria de la nómina de posesiones eclesiásticas. En Huerrios, el obispo Julián Ruiz ha otorgado el visto bueno al registro de una superficie de setecientos metros cuadrados en la calle Eras, suelo que ha venido a sumarse al de otros dos terrenos urbanos ya titulados a nombre de la misma desinteresada institución. También en el registro catastral de Banariés figura la diócesis como titular.

Pero si con la venta de esta hacienda adscrita sin cargas y exenta de impuestos, todavía no se ha logrado completar el arreglo de la techumbre, lo que dada la entidad parece dudoso, también se podrían enajenar campos del paraje La Miquera e incluso la casa y huerto que la Ley Hipotecaria permitió registrar en Apiés

Mi propósito con este consejo sin daño de partes, no es otro que tratar de evitar la ruina de Loreto que, como tantos edificios históricos de Huesca, podría ser pasto del abandono y las torcidas intenciones, y al tiempo allegar contribuyentes de verdad, no privilegiados seculares, para nuestros pueblos, tan necesitados de recaudar tributos y gabelas.

Víctor Pardo Lancina