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Discurso de investidura de Luis Felipe como alcalde de Huesca

Cada vez que en esta sala se celebra la toma de posesión de un alcalde, de una nueva corporación, en un día como el de hoy, se encierran numerosas sensaciones, sentimientos y expresiones contradictorias.

Sentimientos de gratitud, de esperanza; sentimientos de crítica y de reivindicaciones. Pero fundamentalmente, lo que siempre confluye es una mirada al futuro, a las expectativas de un horizonte no lejano, una mirada optimista, sincera, con ganas de resolver dificultades y problemas. Cuando muchas de esas dificultades ya existen, y se manifiestan, incluso antes de empezar el discurso de la propia toma de posesión del cargo.

Los tiempos cambian, y nosotros cambiamos con el tiempo. Hoy en miles de Ayuntamientos de nuestro país, aparecerán nuevos actores en la escena pública. En muchos casos dando prueba de una acelerado relevo generacional, en otros, dando sentido a un importante cambio de organizaciones políticas. En todos ellos, estoy seguro, se hablará de transformar esa pluralidad en una herramienta útil para mejorar las ciudades y los pueblos.

En este Ayuntamiento también. La política, además de ser limpia y transparente, ha de ser útil y tiene que servir para resolver los problemas de los ciudadanos. Los nuevos tiempos están transformando la realidad institucional de una manera importante. Hoy las mayorías no se ganan, hoy las mayorías se acuerdan. La pluralidad y las exigencias éticas nos llevan por el camino de la revisión de los acuerdos y a centrar muchos esfuerzos en la rendición de cuentas ante los ciudadanos y ante nosotros mismos.

Una nueva cultura política se ha instalado en nuestro país. Una nueva manera de hacer y de entender la gestión de los asuntos públicos. El diálogo permanente y el acuerdo son dos exigencias ciudadanas en estos tiempos de cambio. Exigencias necesarias en este proceso de dignificación de la POLITICA. Del ejercicio del servicio público en el que siempre debería haber estado instalada.

Esta investidura es fruto del Acuerdo. El acuerdo de tres formaciones políticas en establecer un marco programático que sirva de eje para el desarrollo en los cuatro años de mandato. Un acuerdo revisable y básico sobre el que ir construyendo el día a día de la gestión municipal de Huesca.

En ese acuerdo no está todo, no puede estar la definición de todo. En este acuerdo están reflejadas las voluntades políticas y las indicaciones de por dónde ir.

Primero, las personas. Orientando la políticas a la lucha de situaciones de más vulnerabilidad, de más dificultad de las familias. También de esas familias que han visto que esta crisis larga y profunda ha debilitado sus economías familiares y les ha convertido de sentirse en familias seguras a familias empobrecidas.

En esos aspectos claves como son la vivienda, el acceso universal a los servicios públicos. Herramientas excelentes para garantía efectiva de los derechos sociales. Políticas dirigidas para ese 90% que no siente la recuperación, frente a ese otro 10% que no sintió la crisis.

Segundo, el empleo. Para los jóvenes que con un excelente nivel de formación se ven obligados a abandonar su ciudad para encontrar un empleo. A los miles de desempleados de Huesca que siguen viviendo cada día con la incertidumbre, con la falta de horizonte para sus familias. A los desempleados de larga duración que han agotado sus prestaciones y subsidios, a los jóvenes con escasa cualificación que ven con muchas dificultades la incorporación a un oficio o a un empleo.

Por la propia creación de un espacio donde empresarios, sindicatos y administraciones trabajemos desde el diálogo y el acuerdo en favor de todos ellos. Por el empleo digno y de calidad en nuestra ciudad, que nos permita ir terminando con esa trampa que si el que trabaja cinco horas a la semana se borra de la lista del paro. Y por dignificar el empleo público, y los propios servicios municipales.

Unas políticas de empleo que tengan en cuenta al pequeño comercio, a los centenares de emprendedores que cada mañana buscan un aliado en esta administración, para que les facilite su gestión y las decisiones no se conviertan en obstáculos para salir adelante.

Tercero. Transparencia y Participación. Establecer el diálogo permanente, la consulta y el acuerdo como la base esencial en la toma de decisiones. Que nadie imponga nada, que las decisiones se hablen, que se abran espacios de diálogo. Da igual que ese diálogo afecte a las políticas de movilidad, a las políticas económicas, o al modelo de fiestas. Hacer posible que las decisiones de la ciudad las tomen los ciudadanos. Y convertir el ejercicio del cargo público en un ejercicio ejemplarizante y transparente.

Cuarto. La Educación, la Sanidad, los servicios sociales. Garantizar el acceso universal como elementos fundamentales para construir una sociedad en igualdad de oportunidades reales. Una ciudad que garantiza el cuidado a sus mayores, de las personas que sufren dependencia, o que contempla a la educación desde el inicio de la vida para permitir una sociedad cohesionada. Ocuparse de los vulnerables, y proteger a todos los ciudadanos de los peligros y los infortunios peores de la vida.

Quinto. Un modelo de ciudad para las personas. Que sea capaz de avanzar en su diseño, y de corregir errores. De reformular con los ciudadanos los espacios verdes, la ciudad antigua, las decisiones de movilidad.

Sexto: Un Ayuntamiento que reivindique ante otras Administraciones. Huesca debe reclamar su capitalidad, ser agente activo de las políticas aragonesas, en la planificación de servicios, de infraestructuras, de Universidad. Una Administración que reclama ser tenida en cuenta en las decisiones que le afectan. Desde el mantenimiento de un Acuartelamiento que afecta directamente a más de trescientas familias, al tejido productivo de la ciudad, hasta las infraestructuras carreteras, sanitarias o universitarias. Un Alcalde debe ser el garante de que los intereses de la ciudad están por encima de cualquier otra cuestión.

Ponerse de acuerdo es posible cuando los argumentos y las ideas se comparten. Ponerse de acuerdo es posible cuando las personas con las que participas de una negociación, tienen talante abierto y voluntad. También de superar las diferencias. Desde aquí quiero agradecer a los representantes de Aragón Sí puede, y de Cambiar Huesca su disposición de diálogo y de apoyo. A sus Concejales aquí representados que han hecho posible esta investidura en el marco de un programa básico que nos tocará desarrollar estos cuatro años.

Y para que haya Gobierno, tiene que haber Oposición. Que vigile, que controle y que proponga soluciones a la vida de la ciudad. A los veinticinco miembros de esta Corporación, a los portavoces, nos espera un tiempo no exento de críticas y de diferencias. Pero un tiempo para construir juntos con los ciudadanos.

Un Alcalde, un concejal, es ese político que vive al lado de su vecino. Al que se le encuentra cada día. Al que se le pone cara y ojos, al que se le reconoce por la calle. Un Alcalde, un concejal es ese responsable que decide en la ciudad.

La ciudad es esa enorme plaza pública, donde conviven niños que juegan, mayores, mujeres y hombres. Esa enorme plaza pública donde conviven diferentes sentimientos, intereses, esperanzas y conflictos. La ciudad tiene que ser un espacio convivencial donde se resuelven las cuestiones, donde se evite la construcción de espacios privados, excluyentes, que no formen parte de un espacio común.

Donde prime el interés general, donde las diferencias se vean superadas por las expectativas, donde se dibuje un horizonte ilusionante. Y compañeros de Corporación, las ciudades las transforman los ciudadanos, no es tarea única de los políticos. Iniciemos este camino con esa ilusión de sumar, de construir.

Os invito a todos. Muchas gracias.

 
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