Sociedad

Gobierno de Aragon afirma que no fue un oso lo que causó la muerte de dos ovejas en Bonansa

Desde el departamento de agricultura, medio ambiente y ganadería del Gobierno de Aragón descartan que fuera el ataque de un oso pardo el que originara la muerte de dos ovejas en Bonansa hace unos días. Desde el ejecutivo autonómico, señalan que pese a las noticias alarmistas aparecidas en la prensa, los datos objetivos encontrados sobre los cadáveres de las ovejas que aparecieron muertas en la localidad de Bonansa el pasado lunes no dejan lugar a dudas, las dimensiones y características de los arañazos y otras heridas encontrados sobre la piel de los animales descartan por completo el ataque de un oso.

Esta evidencia, señalan fuentes del departamento, fue puesta en conocimiento del ganadero propietario de las reses desde el primer momento en que los vigilantes del Gobierno de Aragón especializados en el oso pardo acudieron a su llamada el pasado miércoles para inspeccionar la zona del presunto ataque y los cadáveres. Como parte de su rutina de trabajo, y en apoyo de la actividad del ganadero, los vigilantes del oso mantendrán, en los próximos días, una mayor intensidad de vigilancia en la zona donde se produjo el incidente por si ello permite arrojar más luz sobre cómo se produjo el incidente.

Estos hechos plantean claras discrepancias respecto a alguna de las informaciones aparecidas en prensa, en las que se daba por segura la autoría por parte del oso y, además de otras reivindicaciones, se aprovechaba para sembrar alarma en relación a la presencia de esta especie en algunas zonas del pirineo aragonés. En ningún caso el incidente puede deberse a la acción de un oso y mucho menos de un osezno. La información que se cita de un supuesto osezno avistado en la comarca en marzo de 2014 carece absolutamente de respaldo, y ni los datos del Departamento de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente del Gobierno de Aragón, ni los que manejan las autoridades catalanas y francesas implicadas en el seguimiento de esta especie amenazada, contemplan evidencia alguna sobre la existencia de hembras reproduciéndose en la zona.

Sin duda todas las argumentaciones plasmadas en las distintas notas de prensa proceden en buena parte de un cierto estado de psicosis creado por los videos aparecidos en los medios de comunicación en las últimas semanas sobre la presencia de tres ejemplares de oso en el Valle de Benasque. Como ya informó en su momento el Gobierno de Aragón, esta presencia no puede calificarse como algo habitual, aunque puede hacerse más frecuente en un futuro ante el crecimiento natural de la población de oso pardo presente en Francia y en el vecino Valle de Arán.

No obstante, y tal y como ya se ha informado a los ganaderos locales y a otros sectores en el Pirineo oriental aragonés, la presencia de estos animales no puede interpretarse en ningún caso como un riesgo para las personas ni para las actividades turísticas y deportivas que se desarrollan en los valles.

Conviene por ello reflexionar sobre las repercusiones que algunas afirmaciones en relación a la presencia del oso pardo, malintencionadas, alarmistas y carentes de fundamento, pueden llegar a tener sobre determinados sectores fundamentales para la economía del Pirineo, especialmente en el comienzo de la temporada estival.

Como contrapunto, basta poner como ejemplo el vecino Valle de Arán, donde la información sobre la presencia del oso no solo no es un impedimento para el desarrollo de multitud de actividades locales, incluida la ganadería, sino que resulta incluso un atractivo para el fomento de algunas de ellas como el turismo de naturaleza

 
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