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Piden una regulación a la masificación de bañistas en el salto de Bierge

La presa de Bierge se ha convertido en uno de los puntos de mayor afluencia durante el verano. En los últimos años este turismo se ha masificado y los fines de semana llegan a contarse por más de un millar los bañistas que allí se congregan. Es un buen ejemplo de cómo el turismo sin control puede dañar la naturaleza y por ello, se pide una regulación que proteja su entorno.

La belleza de esta cascada artificial situada en el Parque Natural de la Sierra y Cañones de Guara puede verse estos días en el anuncio televisivo de un teléfono móvil de última generación. Su espectacularidad llama la atención de personas de todo el mundo que viajan para hacer barrancos y acaban en este impresionante salto. Israel, Suiza, EE.UU., Dinamarca...

Su espectacular paisaje, unido al fácil acceso por carretera hacen del salto de Bierge un lugar muy cotizado para pasar un día de baño también para los visitantes cercanos y precisamente en esa fórmula se encuentra la masificación. Hasta 1.500 personas se han llegado a concentrar en este punto, algo insostenible medioambientalmente.

El Ayuntamiento de la localidad se ha mostrado especialmente preocupado. El salto de Bierge es una joya paisajística que se suma a los muchos atractivos turísticos de la Sierra de Guara, un entorno que sustenta población rural y cientos de puestos de trabajo, por eso los empresarios de la zona piden una regulación, pero también esperan que no sea restrictiva.

Lo que es cierto es que sin naturaleza no hay turismo y que la presa de Bierge es una joya paisajística nada bien tratada por algunos visitantes. Estas imágenes nos puestran lo que es, y también lo que puede dejar de ser.

 
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