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El abogado de la DGA presenta un documento autorizado por el Vaticano para que vuelvan las pinturas

Este lunes ha arrancado el juicio de las pinturas murales de la Sala Capitular del Real Monasterio de Sijena en el Juzgado de Huesca. Aragón reclama el levantamiento del depósito para su recolocación en Sijena. El abogado de la DGA, Alberto Gimeno, ha presentado un documento de la monja Virginia Calatayud, de la orden sanjuanista, propietarios de las pinturas, con validez vaticana, que autoriza al traslado y vuelta a las pinturas al Monasterio. La orden sanjuanista cedió la propiedad a la DGA.

Aragón, a través del letrado de la DGA, y del letrado de Villanueva de Sijena, y del alcalde de la localidad, han vuelto a recalcar que estas pinturas fueron robadas, pertenecen al Monasterio y deben volver. La parte de Cataluña, a través del abogado de la Generalitat, y el abogado del Museo de Arte Nacional de Cataluña, consideran que fueron rescatadas tras el incendio de 1936, evitando que se destruyeran, que están bien conservadas, y expuestas libremente para quien quiera verlas.

Una parte de estas pinturas se perdió durante el saqueo e incendio del Monasterio en 1936. El resto, gravemente dañadas, fueron arrancadas y trasladadas a Barcelona. Permanecen desde entonces en el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC), la parte demandada, sin ningún título jurídico que justifique su posesión ni depósito formalmente constituido. En el año 39, cuando terminó la contienda, la Diputación Provincial de Huesca ya pidió las pinturas, y es en 1951 cuando una orden ministerial dice que deben quedar a la disposición de la institución provincial hasta que se trasladen al Monasterio una vez restaurado. El Ayuntamiento de Villanueva de Sijena se ha respaldado, desde que descubrió esta orden, en que es de obligado cumplimiento y no prescribe.

Para que el Gobierno de Aragón también fuera parte demandante en este litigio, la Orden de San Juan de Jerusalén, propietaria del cenobio, le cedió los derechos. Lo que pretende demostrar la parte aragonesa en su conjunto es la integridad del patrimonio histórico y cultural aragonés, ya que los murales románicos, forman parte inseparable del Real Monasterio, catalogado como Bien de Interés Cultural y Monumento Nacional; uno de los argumentos que tuvo su peso específico en la sentencia de las 97 piezas de arte, cuya compraventa fue anulada. Además no entienden la postura del Museo Nacional de Arte de Cataluña, que esgrimen en su defensa que las tienen bien conservadas, cuando eso es su obligación. Los catalanes aseguran que tienen documento que acredita su propiedad, desde Aragón se afirma que no es así.

El valor de estas pinturas es excepcional y datan de principios del siglo XIII. Antes de que estas pinturas regresen, sería necesario rehabilitar la Sala Capitular. Había una partida que se congeló y DGA se comprometió a licitar las obras a lo largo de los primeros seis meses de este año. El MNAC por su parte defiende que las conservan bien, y que las tienen expuestas para todo el mundo

 
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