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Cáritas Diocesana de Huesca celebra su Encuentro anual en Grañén

Más de 85 personas han participado en el Encuentro Diocesano de Cáritas Huesca, que ha tenido como lema “Iglesia servidora, testigo de misericordia” y que se ha desarrollado en la localidad de Grañén.

La jornada ha comenzado con la acogida y un tentempié en el polideportivo, que han preparado las vecinas del pueblo y en donde Eusebio, el voluntario de Cáritas más veterano de esta población, ha dedicado a los participantes unas palabras de bienvenida.

“Monseñor Romero, testimonio que deja huella” ha sido el título de la conferencia que ha ofrecido, posteriormente en el salón de actos del ayuntamiento, Eusebio Villaescusa, miembro del Comité Óscar Romero de Aragón. En su charla ha relatado y explicado con detalle la vida y obra de Mons. Romero, que desde hace un año es co-patrón de Cáritas Internationalis y quien desarrolló su ministerio fundamentalmente en El Salvador.

El conferenciante ha insistido en que, si bien en sus inicios actuó y se mostró como un clérigo tradicionalista, gracias a su contacto directo con los campesinos y sus desplazamientos por el país, se dio cuenta de la realidad social y política. Hecho que cambió su vida, ya que a partir de allí, según ha comentado Eusebio, los pobres provocaron “una conversión en él y lo hicieron un cristiano nuevo, que supo escuchar la palabra de su pueblo y supo estar con él”.

Comenzó a “ser contradictorio”, incluso enfrentándose a sus propios compañeros de la Conferencia episcopal, del Nuncio, de la oligarquía y a los políticos, dejando patente que “su opción con los más pobres es clara”. La identidad de Mons. Romero es la “lucidez y convicción para decir su palabra profética” y “para él la gloria de Dios es que el pobre viva”, un mensaje que traslada de Jesús de Nazaret. Además, Eusebio ha recordado que para seguir la causa de Mons. Romero hay que enfrentarse a la realidad con la verdad, analizar la realidad y sus causas, trabajar por el cambio estructural, impulsar una evangelización liberadora y madura, construir Iglesia y dar esperanza.

Tras ser sorprendidos y conmovidos por la figura del co-patrón de Cáritas Internationalis, se ha realizado un gesto en el que como Mons. Romero, aunque con menor alcance, cada participante ha plasmado una huella del dedo, a modo de hojas, sobre árbol dibujado en un cartón. Este mismo cartel ha servido como ofrenda para la Eucaristía que ha celebrado el párroco de Grañén y colaborador de Cáritas, Antonio Santamaría, junto con José Alegre, quien al concluir la misa ha explicado la historia del pueblo, de la iglesia y del retablo de la misma.

En la homilía el párroco ha afirmado que “el amor necesita una organización; a la espontaneidad personal debe añadirse la programación, la previsión, la colaboración. Esta es la razón, el porqué de Cáritas” y ha continuado con unas palabras de santa Teresa: “tenemos que apoyarnos y hacernos espaldas unos a otros para ir adelante”. Asimismo, ha recordado que el propósito de este encuentro es precisamente “vivir y escenificar la unidad inseparable de parroquia, comunidad evangelizadora, y Cáritas”.

Por la tarde, Ángel Biarge, vecino de la localidad y participante del proyecto del reloj solar, ha explicado a los presentes los entresijos del mismo.

 
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