Cultura y sociedad

El Festival Camino de Santiago inicia su XXV edición con la mirada puesta en los sonidos del Medievo

Entre el 4 y el 28 de agosto se va a celebrar la vigésimo quinta edición del Festival Internacional en el Camino de Santiago. Música antigua en unos emplazamientos inmejorables volverán a darse la mano en Jaca, Santa Cruz de la Serós, Berdún, Hecho y Siresa. La exposición “El sonido del medievo” y la conferencia sobre música medieval cristiana que impartirá el coleccionista de las piezas que se verán en la muestra, el también músico Luis Delgado, inaugura esta edición. La conferencia tiene lugar a las 20 horas en el Museo Diocesano de Jaca.

A partir de allí, se sucederán hasta 13 conciertos que comienzan este viernes con Alia Musica en Santa Cruz de la Serós.

La música antigua a través del patrimonio atesorado en el Camino de Santiago de Aragón es el hilo conductor de este festival. Durante estos 25 años, más de 300 grupos han pasado por esta cita especializada en música antigua y por la que este año volverá a pasar lo mejor de lo mejor y lo más granado no solo en música cristiana, sino que también los grupos interpretan músicas hebreas o musulmanas. Jordi Savall, Al Ayre Español o María José Hernández van a ser algunos de los nombres propios del festival. También se traslada a este festival el proyecto entre Marruecos y Aragón con el Festival l´Boulevard.

Además de los conciertos, habrá otras actividades como un ciclo de cine en el Palacio de Congresos de Jaca, una exposición, una excursión por el camino, el Festival de Teatro en la Calle en Santa Cruz de la Serós, para concluir con el Mercado Medieval de las Tres Culturas, los días 23, 24 y 25 de agosto en Jaca.

ASÍ ERAN LOS INSTRUMENTOS

La exposición “El sonido del medievo” presenta más de 70 piezas fielmente reproducidas de pórticos, capiteles y manuscritos. Cada instrumento lleva una cartela con el nombre y la imagen de donde se ha reproducido. La exposición se organiza según las fuentes iconográficas utilizadas en la construcción de los facsímiles.

Esta exposición muestra las reproducciones de estos instrumentos en estado puro, sin artificios ni innovaciones, tal y como los vieron nuestros antepasados. El festival invita a abandonarse a su contemplación y olvidarse de nuestra cotidianeidad por unos instantes en un marco tan natural para ellos como es el claustro de la catedral de Jaca.

La exposición repara en las siguientes fuentes y marcos.

CÓDICES DE LOS BEATOS. A pesar de su enorme importancia, son escasos los estudios realizados sobre la organología medieval anterior al siglo XIII. Una de las fuentes gráficas más elocuentes de este periodo se encuentra en los Manuscritos de los Beatos. En estos documentos aparecen frecuentemente representados instrumentos predecesores a los que se utilizarían en las cortes del siglo XIII. Hemos escogido los más significativos. 

CANTIGAS DE SANTA MARÍA. Poco se puede añadir a lo mucho escrito sobre la universal obra de Alfonso X el Sabio, que bajo el nombre de Cantigas de Santa María, recoge un detallado inventario visual de instrumentos de la época. La mayoría de ellos están representados con tal fidelidad que permite al luthier actual su reproducción exacta, respetando proporciones y tamaños. 

ARQUITECTURA. Fachadas, capiteles y arquivoltas son con frecuencia una fuente de información de inigualable valor para los musicólogos. En ellas aparecen con frecuencia representaciones de intérpretes que muestran un inabarcable catálogo de instrumentos medievales. Hemos seleccionado algunos de los más significativos del siglo XIII. 

ANDALUS. La música se podría tomar como un espacio de encuentro entre la cultura cristiana y la cultura musulmana durante la Edad Media. La mutua influencia tuvo una enorme relevancia en los aspectos organológicos. Hemos hecho una selección de instrumentos de esta clase reproducidos a partir de la iconografía de la época. 

EUROPA. Para terminar la muestra se exhiben varias reproducciones de iconografía europea, muy relacionadas con sus paralelas hispanas.

UN VIAJE EN EL TIEMPO...

Como si se tratara de un viaje en el tiempo, los instrumentos musicales de otras épocas, con sus elegantes formas, parecen haber capturado para nosotros el aire que en su día transportara el sonido hasta los oídos y los corazones de nuestros antepasados. Por ello, la sola visión de estos embajadores de otro tiempo nos sugiere otros timbres y otras melodías pertenecientes a una época en la que los seres humanos vivíamos a otra velocidad y en la que la música solamente sucedía cuando los intérpretes tomaban los instrumentos en la mano. 

La música en la Edad Media era un punto de contacto con la trascendencia, tanto en lo lúdico como en lo religioso. Era una puerta abierta a otro mundo que nos sacaba de lo cotidiano. Por ello los templos daban la bienvenida al visitante con representaciones de músicos en sus pórticos, adelantando lo que en el interior se materializaría en el mundo religioso, es decir, lo espiritual, lo sobrenatural y mágico. El arte sonoro transmitía de forma inequívoca estabilidad y armonía, es decir, permitía vislumbrar una promesa de futuro en paz, en un mundo en el que la vida era mucho más frágil que nuestro acomodado estado de bienestar actual. 

 
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