Sociedad

Hecho acoge este fin de semana el X Descenso de Navatas por el Aragón-Subordán

Un año más la Asociación de Navateros de la Val d'Echo ha preparado un fin de semana para rememorar uno de los trabajos tradicionales más espectaculares del Pirineo. El sábado a las 12 horas se celebra el X Descenso de Navatas por el río Aragón-Subordán, declarado Bien de Interés Cultural Inmaterial de Aragón. Como novedad este año, hasta el domingo, se celebra en Hecho el mercado agroalimentario “Hecho en los Pirineos”, un mercado con productores del entorno y algunos también venidos del sur de Francia.

Desde las 11 de la mañana se emplaza a los interesados a acudir a lo pozo de Lo Molino para ver los últimos preparativos de las navatas. A las 12 horas se iniciará el descenso de las dos navatas desde la glera de Lo Molino hasta lo Puen Viello.

Ya por la tarde, a las 19 horas hay programada una presentación-cuentacuentos de los nuevos libros "La Brecha de Roldán" y "Quiquiriqui" (Cuentos cortos de los Pirineos) de Saúl Irigaray (Garabato Books). Será en las llamadas Escaleretas de Cristineta

El domingo continúa el mercado agroalimentario y a las 12’30 horas se proyecta el documental "Recuerdos de madera mojada" el más reciente documento gráfico sobre el oficio navatero que se realizó bajo la dirección de Aitor Ortíz y Gaizka Aranguren. Será en el cine escolar de Hecho con entrada libre.

Siguiendo la tradición gastronómica del valle, diferentes establecimientos van a preparar tapas y menús navateros que se podrán disfrutar durante el fin de semana.

HISTORIA DE LAS NAVATAS EN EL VALLE

El Valle de Hecho fue uno de los enclaves del Pirineo en el que el transporte fluvial de la madera fue una actividad clave de su economía a partir del siglo XVI. 

La madera que se extraía de los bosques chesos tenía que ser transportada a Zaragoza o Tortosa, u otras tierras altas de la ribera, y qué mejor manera que emplear, en este caso, las aguas del Aragón-Subordán para ello.

Los troncos, de grandes dimensiones, se atacaban unos a otros, entrelazando los maderos con ramas de sarga trenzada, creando grandes barcas, denominadas navatas, que podían tener diversas secciones, un mínimo de una y una máximo de siete. Las barcazas eran tripuladas con grandes remos por valientes chesos que se jugaban la vida luchando contra la bravura de las gélidas aguas del Aragón-Subordán, las piedras, saltos y resto de dificultades que se encontraban en su descenso.

El desarrollo de las comunicaciones y la construcción de los embalses, entre otras, fueron mermando esta actividad y a mediados del siglo XX se dio por desaparecida. Pero el sentido que esta práctica tiene para los habitantes del Pirineo motivó que se fuera recuperando a partir de los años 80, pero ya no como una actividad económica, sino como una manera de honrar la memoria de aquellos valientes que recorrían los ríos pirenaicos a lomos de troncos, una acertada metáfora de la lucha que muchas veces supone la vida en el Pirineo.

La Asociación de Navateros de la Val d’Hecho surgió con la idea de recuperar aquel espíritu y en el año 2008 organizaron el primer descenso de navatas por el Aragón-Subordán, rememorando parte del descenso que se realizaba antaño y recuperando la manera artesanal de crear las navatas. La actividad se ha convertido en una gran fiesta, una cita imprescindible en los primeros días del mes de mayo, siempre y cuando las condiciones del Aragón-Subordán así lo permitan.

El proceso comienza con la elaboración de la navatas. Igual que sus antepasados los chesos crean dos navatas enlazando unos troncos con otros con lo que se denominan verdugos, ramas de sarga trenzada que se elaboran también manualmente. Las navatas se manejan con grandes remos, troncos de grandes dimensiones también, que sirven de timón. En función del tamaño de la embarcación se lleva uno o dos timones en el extremo trasero de la navata, aunque también pueden llevarlos en el delantero, en función de las maniobras que deban realizar los tripulantes. El recorrido por el Aragón-Subordán comienza en la glera del Molino y finaliza en el Puente Viejo, tras completar un recorrido de casi 3 kilómetros por el término municipal de Hecho.

La importancia que las navatas han tenido en el Pirineo se aprecia en que en febrero de 2013 fueron declaradas Bien de Interés Cultural Inmaterial de Aragón, y ahora, junto con otras tierras que también han desarrollado esta actividad, como Navarra, Cataluña y Castilla-La Mancha, aspiran a que sea incluida en la lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO.

 
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