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Un atentado al presente y al futuro

Agnès DEWULF

De sus 220 kilómetros, el rio Gállego supo conservar virgen 30 kilómetros de sus bellas y bravas aguas entre pantano y pantano. Con fuerza y energía fluyen por el camino que ellas mismas se dibujaron, entre los tonos rojos, ocres, verdes y majestuosos de los parajes de una zona bautizada el Reino de Los Mallos. La singularidad y belleza de sus paisajes, sus rápidos tan disfrutados año tras año por miles de turistas, han dinamizado un territorio antes abandonado al destino de la despoblación.

El desarrollo de los deportes de aventura en el Rio Gállego es, sin duda, un motor económico que supo, durante más de 30 años, crecer frente a la amenaza de ver sus bravas aguas atrapadas en un pantano llamado “Biscarrués”.

El proyecto fantasma se quiere hacer hoy realidad, suena la hora de la muerte para el turismo en beneficio de unas plantaciones de arroz en el desierto de Monegros.

El famoso proyecto, pantano que se llenaría únicamente unos 10 días al año, inunda literalmente todo el desarrollo de una zona para el aprovechamiento de algunas pocas hectáreas. ¿Dónde está el mantenimiento del atractivo turístico de las aguas bravas, grandes ausentes en el listado de afectados, si 25 kilómetros de los 30 navegables están arruinados? Morirán los negocios, se despoblarán los pueblos, se apagará la magia del Reino de Los Mallos….

Pronto llegará el día y los pocos supervivientes de la zona llorarán la pérdida de su economía turística, que dinamizó hasta hoy, de manera responsable y sostenible, los pueblos de la redolada. Jaca y Huesca echarán en falta los miles de turistas que animaban sus calles buscando un turismo de experiencias basado en los deportes de aventura con su actividad estrella, el Rafting en el Rio Gállego.

Las cifras son criminales, 300.000 millones de euros de inversión para el proyecto Biscarrués-Almudevar para 5.000 hectáreas de regadío en un secarral que además matan a miles de puestos de trabajo y una zona rural que ha sabido combatir la despoblación. El hipotético futuro del regadío en tierras desérticas secará el presente y arruinará el futuro de miles de seres humanos vecinos del Reino de Los Mallos. Además el proyecto reconoce un terreno totalmente inestable que, en caso de ruptura, inundaría pueblos y vidas hasta Zaragoza capital. ¿El hormigón prevalece sobre el principio de precaución?

Desde la honradez y la sensatez, se llama a la razón para proteger el único tramo aun virgen y bravo de una joya al natural. Queremos seguir viviendo en los pueblos del Reino de los Mallos, queremos que nuestros hijos crezcan en estas tierras, queremos mantener nuestros negocios. Rio Gállego, te queremos VIVO.

 
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