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Los nabateros de Sobrarbe superan las dificultades y realizan un rápido descenso por el río Cinca

Los nabateros de Sobrarbe celebraban este domingo la 33 edición del descenso de nabatas por el río Cinca, entre las localidades de Laspuña y Aínsa, una tradición que recuerda el antiguo oficio del transporte fluvial de la madera desde el Sobrarbe hasta la desembocadura del Ebro.

Los nabateros superaban con éxito todas las dificultades que se originaban en la salida. A primeras horas de la mañana comprobaban con indignación que habían desaparecido dos remos en la nabata de tres trampos que eran repuestos con rapidez. Después solucionaban con destreza los problemas del escaso caudal en la salida, apartando las piedras que entorpecían el paso de las nabatas. El descenso se desarrollaba con normalidad y en una hora y cuarto las dos nabatas, de tres y dos trampos, recorrían el trayecto entre Laspuña y Ainsa con una multitudinaria presencia de público.

Los nabateros ante los problemas buscaban soluciones rápidas puesto que el objetivo era realizar el descenso, a pesar de las dificultades. El presidente de la Asociación de Nabateros de Sobrarbe, Félix Buil, mostraba su malestar por la extraña desaparición de los dos remos,” ha sido bastante desagradable ver que habían saboteado una de las nabatas para que el descenso no se celebrara. Incluso había soltado una de las nabatas pero afortunadamente no había caudal suficiente para que bajara. A pesar de todo el descenso se realizaba”.

Colocación en el monumento nabatero de Laspuña de un ramo de flores en recuerdo de todos los nabateros, misa presidida por el obispo de la diócesis de Barbastro-Monzón, Ángel Pérez, almuerzo, y el descenso de las nabatas eran los actos celebrados con motivo de la edición número 33.

La Comarca de Sobrarbe fue el primer territorio aragonés que impulsó y consiguió que estas plataformas volvieran a descender por un río. El último descenso nabatero profesional tuvo lugar en 1941 y en 1984 se recuperó esta tradición en forma de homenaje. Esta fiesta fue declarada Bien de Interés Cultural Inmaterial.

BREVE HISTORIA DE LAS NABATAS

Las Nabatas, se han convertido en un fenómeno de masas en la Comarca de Sobrarbe y constituye uno de los acontecimientos turísticos y sociales más importantes de la primavera.

La tradición nabatera del Cinca se remonta al S.XVI, época en la que encontramos los primeros testimonios de esta peligrosa profesión en localidades como Laspuña, Puyarruego y Escalona.

Este oficio no sufrió ninguna evolución con el paso de los años. La lentitud y peligrosidad de la labor junto con la llegada al valle de los primeros camiones de carbón y leña hicieron que se extinguiera esta forma tradicional de transporte. Por otra parte la regulación del Cinca y el Ebro, con la construcción de presas y pantanos hicieron inviable del todo este método de navegación.

La nabata, es un antiguo de transporte de los troncos de madera de las zonas productoras de la montaña a las serrerías, situadas en las partes bajas de los valles. El trayecto iba desde el Pirineo hasta Tortosa en el Mediterráneo.

El departamento de Educación, Universidad, Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón declaraba "Bien de interés cultural inmaterial" la cultura del transporte fluvial de la madera en Aragón. Se reconocía y protegía de esta forma una actividad tradicional que constituye una parte esencial del patrimonio etnológico aragonés y que sigue viva mediante la celebración anual de descensos de nabatas. Además, el Gobierno de Aragón se ha adherido al proyecto de candidatura de la cultura del transporte fluvial de la madera para que sea incluida en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO. Se trata de una candidatura compartida con Navarra, Cataluña y Castilla-La Mancha.

 
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