Cultura y sociedad

Inauguración de la Ruta de las Fortificaciones de la Guerra Civil en la Línea del Cinca

El presidente de la Diputación de Huesca, Miguel Gracia, junto al alcalde de Monzón, Álvaro Burrell, han inaugurado en Selgua la Ruta de las Fortificaciones de la Guerra Civil en la Línea del Cinca, que incluye el castillo de Monzón, dado que acogió piezas de artillería, y su tramo principal va de la ermita de San Salvador al barranco de La Clamor -cruce con la carretera que sube de Selgua a Berbegal (protección de la vía a Sariñena y Huesca).

Burrell agradecía a la Diputación de Huesca el apoyo recibido para poner en valor esta Ruta.

Los trabajos realizados por el Grupo de Búsqueda e Investigación de Espacios de la Guerra Civil (CRIEGC), con sede en Lérida, han consistido en la retirada de la maleza, retirado escombros y limpiado las trincheras, casamatas y polvorines, con la colaboración de técnicos de la Comarca del Cinca Medio. Miguel Gracia, presidente de la Diputación de Huesca, explicaba que estos trabajos se enmarcan en la recuperación de la Memoria Histórica.

Los trabajos han contado con la subvención del área de Desarrollo de la DPH para creación de infraestructuras turísticas en 2017. Financió la realización de los paneles y su instalación. La DPH aportó 13.456 euros, de un total de 15.830. La parte restante la asumió el Ayuntamiento de Monzón. Los paneles se acabaron de instalar en octubre de 2017. Así como desde el programa de Memoria Histórica en 2017. Ha financiado la limpieza y excavación de los restos de las fortificaciones. La DPH aportó 4.896 euros, de un total de 6.494. La parte restante la asumió el Ayuntamiento. La Comarca del Cinca Medio ha colaborado con su servicio de Patrimonio en la supervisión arqueológica. Se acabó de hacer la limpieza en noviembre de 2017.

Luis Arduña, responsable provincial del programa de Memoria Histórica, recuerda que desde la DPH se trabaja con colectivos, ayuntamientos e instituciones, al objeto de recuperarla e incluso colaboran en exhumaciones.

El ayuntamiento va a realizar en las próximas semanas varias visitas guiadas para explicar la Ruta.

En la inauguración participaban además la vicepresidenta de la DPH, Elisa Sancho, el diputado Francisco Mateo, el presidente de la Comarca del Cinca Medio, Miguel Aso, y su vicepresidente, José Ángel Soláns, así como los ediles del ayuntamiento David Martínez, Alicia Moli o José María Laborda, junto a vecinos de Selgua.

TRÍPTICO

INTRODUCCIÓN

La Línea del Cinca fue la principal obra defensiva que construyó el bando republicano en Aragón durante la Guerra Civil española (1936-1939), consistente en una fuerte línea de resistencia dotada de grandes fortificaciones y trincheras situadas en los márgenes del río Cinca. La línea se extendía desde las inmediaciones del Pirineo hasta Gandesa, iniciándose sus obras a finales de agosto de 1936. En enero de 1937 se encontraban construidos más de 7 kilómetros de trincheras; 13 kilómetros de caminos cubiertos; centenares de nidos de ametralladoras acompañados con los correspondientes refugios para tropas y diversos asentamientos artilleros. El sector de Monzón fue uno de los puntos fuertes de la línea, compuesto por las posiciones de Selgua, Monzón y Castejón del Puente; donde se construyeron solo en este sector 66 emplazamientos para ametralladoras, atrincheramientos para 4.000 soldados y tres emplazamientos artilleros. Sin embargo, esta línea fortificada apenas fue un obstáculo ante el rápido avance del ejército nacional en su ofensiva por Aragón en marzo de 1938, siendo destruidas buena parte de estas fortificaciones por sus propios defensores.

CASTILLO DE MONZÓN- CAÑONERASDebido a su posición privilegiada y dentro de esta línea de fortificaciones, en el monte del Castillo de Monzón y aprovechando un asentamiento artillero ya existente de la Guerra de la Independencia, se emplazaron cuatro piezas de artillería de 105 mm. Dos de las piezas se instalaron con frente Sur para cruzar fuegos con la batería de artillería de Binaced; mientras que las otras dos lo hicieron con frente Norte para cruzar sus fuegos con la batería de artillería de Fonz. Por otro lado, en el castillo también se llegó a instalar un cañón automático antiaéreo de 20 mm para hacer frente a los bombardeos aéreos que sufrió la ciudad de Monzón durante la guerra.

BARRANCO DE LA CLAMOR

Trinchera

Las trincheras eran unos de los elementos más comunes dentro de las fortificaciones de la Línea del Cinca. Una trinchera no dejaba de ser una zanja abierta en el terreno que tenía como objetivo proteger del fuego enemigo a las fuerzas propias. La trinchera situada a la derecha de la carretera de Selgua a Berbegal contaba con numerosos refugios de diferentes tamaños para los soldados así como polvorines que servían de resguardo para el material. Igualmente, en la misma trinchera se encontraban en las entradas de cada refugio unos grandes bloques de hormigón que servían de protección para sus ocupantes en caso de ataque artillero.

Polvorines y refugios

En el sector de las fortificaciones de la carretera A-1223 en Selgua existieron un sinfín de refugios y abrigos subterráneos para el personal, con el objetivo de albergar un total de 700 soldados. Estos refugios tenían diferentes tamaños y estaban conectados la mayoría de ellos a través de trincheras. Por otro lado, también existieron otro tipo de construcciones defensivas como eran los polvorines;unas construcciones subterráneas con un blindaje y condiciones de permeabilidad superiores a los refugios donde en su interior se alojaba armamento, sobretodo explosivo, para poder abastecer a la zona defendida.

Nidos de ametralladoras a la izquierda y a la derecha de la carretera

Las fortificaciones de Selgua estaban divididas entre las de la carretera A-1223 y la Ermita de San Salvador. Las fortificaciones de la carretera estaban destinadas a cerrar el paso por la carretera de Huesca, extendiéndose hasta el río Cinca. Comprendía diferentes atrincheramientos y emplazamientos para 16 ametralladoras, siendo los más importantes de este sector dos nidos de ametralladoras dobles situados a cada lado de la carretera con el objetivo de batirla ante cualquier avance de las tropas nacionales. Cada uno de ellos contaba con su respectivo refugio para sus ocupantes y con una extensa trinchera que también servía de evacuación.

Nido de ametralladora

Los nidos de ametralladoras eran unas construcciones que protegían a los sirvientes de una ametralladora o fusil ametrallador. Estos podían ser de diferente tipo según su disposición y los materiales de construcción utilizados, encontrándose nidos de ametralladora realizados de mampostería, ladrillos, cemento, metálico o de hormigón armado, así como otros más simples realizados a cielo abierto (a barbeta), semi enterrados y con sacos terreros. Todos los tipos de nidos de ametralladora tenían en común que disponían al menos de una aspillera, una apertura a través de la cual se podía disparar desde el interior del nido.

CERRO Y ERMITA DE SAN SALVADOR

Nido de ametralladora

En el sector de la Ermita de San Salvador se construyeron un total de diez nidos para ametralladoras teniendo como objetivo batir los diferentes caminos y sendas que venían de Barbastro, además de poder cruzar fuegos con las fortificaciones de las Lomas de Monzón, en Castejón el Puente. Los asentamientos de estos nidos de ametralladoras representaban el esqueleto de cualquier posición defensiva siendo estos los elementos principales. De hecho, la ametralladora era un arma muy efectiva que funcionaba por ráfagas rápidas a distancias pequeñas y medianas, equivalente a la utilización de 100 fusiles manejados por el mismo número de soldados.

Refugio

En el sector de las fortificaciones de la Ermita de San Salvador existió un buen número de refugios para la tropa. La gran mayoría de ellos estaban excavados en la roca, algunos incluso con cubierta reforzada, que permitía alojar a la tropa durante los ataques aéreos o artilleros, siendo estos de diferentes formas y profundidades. Estos refugios sirvieron también de abrigo para los soldados ante las inclemencias del tiempo así como simples lugares de descanso temporal. En total en este sector existieron refugios para albergar un total de 800 hombres, lo que hace una idea del gran número de refugios existentes en este sector.

Trinchera

La loma situada debajo de la Ermita de San Salvador se fortificó con varios elementos donde destacaba una extensa trinchera que comunicaba con un nido de ametralladoras, contando además con dos refugios excavados en la roca comunicados entre sí. Cerca de estas posiciones se encontraba un aljibe, cortado en la roca que servía para recoger el agua de la lluvia y poder así abastecer a los soldados que guarnecían estas posiciones defensivas. La vida de los soldados en las trincheras fue muy dura debido a las condiciones que debieron de soportar, a las que además de los ataques del enemigo, se añadían las inclemencias del tiempo como el frío, la lluvia o el barro, entre otros.

Grabado en la Ermita

Las obras de la Línea del Cinca iniciadas a finales de agosto de 1936 estaban dirigidas en un primer momento por una comisión nombrada por el mismo gobierno de la Generalitat de Cataluña, participando en los trabajos de fortificación trabajadores de los mismos pueblos, destinándose además a las fortificaciones de Monzón 300 hombres procedentes del Sindicato de la Construcción de Barcelona. Por otra parte y como vestigios de esta época, en el interior de la Ermita, aun se conservan algunas huellas del conflicto, como son los relieves en una de sus paredes de varios fusiles y cuchillos utilizados por los soldados que ocuparon estas fortificaciones.

 
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