Fallece en Málaga Erik el Belga

René Alphonse van der Berghe, más conocido como Erik el Belga ha fallecido, este viernes, a los 81 años de edad, en Málaga. Uno de los más prolíficos ladrones de arte de Europa del siglo XX, llevó a cabo en el año 1979 uno de los robos más espectaculares de la década de los 70 en la catedral de Roda de Isábena de donde sustrajo, la noche del 6 al 7 de diciembre, treinta valiosas obras de arte, entre ellas, la silla de San Ramón. Esta pequeña localidad ribagorzana jamás ha olvidado al “gran mercenario de la belleza”.

Aurelio Ricou, párroco de Isábena, tras conocer la noticia de su muerte señalaba que, aunque jamás diera muestras de su arrepentimiento, Roda le perdonó ‘el descalabró que cometió’. Erik el Belga era ‘un ladrón pero que sabía de arte y a quien venderlo’ decía Ricou quien añadía que todos, en nuestra vida, dejamos una huella, algunos tan desagradable como la que deja Erik el Belga.

Ricou recordaba, en Radio Graus, que el año pasado un señor que visitaba la catedral, le contó que la mañana en la que se perpetró el robo Erik el Belga había estado en el refectorio.

El alcalde de Isábena, Joaquín Montanuy, decía que con la muerte de Erik el Belga se cierra una etapa de la historia de la catedral que, considera, ningún vecino ha olvidado y tampoco perdonado, sólo mosén Liminiana, decía Montanuy, recordando las palabras del párroco ‘si Jesucristo perdonó a quienes lo mataron cómo yo no voy a perdonar a Erik’.

Los rotenses se despertaron la mañana del 7 de diciembre, “heridos” porque, en Roda de Isábena, los vecinos sienten mucho amor por la catedral y su tradición artística, considerándola un referente en la Ribagorza. En aquel robo, Erik el Belga, sólo se llevó 30 obras de arte porque, en los vehículos utilizados, para el hurto, no cogían más piezas.

Cuadros, imágenes, tallas, u orfebrería, fueron algunas de las obras que formaron parte del botín de Erik el Belga, aunque, quizás lo que más dolió a los rotenses, y no olvidan, fue la desaparición de la silla de San Ramón por tratarse de una pieza única, del siglo IX, que Erik el Belga, troceó para poder sacarla de España. Hoy en día, se exhibe en la catedral y es una estructura de metacrilato, la que sustituye las partes que no pudieron ser recuperadas.

De las piezas que, con el paso de los años, se han podido recuperar, destaca el tríptico del calvario de San Juan, que apareció en Bélgica pero restan otras, de las que desconoce su estado y destino, como tallas de la Virgen, báculos o los dos peines de marfil de San Ramón del siglo XII.

Dieciseis años después del robo, en 1.995, Erik el Belga, regresó a Roda de Isábena guiado, decía, “por el camino del corazón”, con la intención de donar unos cuadros para ayudar a la restauración del tríptico de San Miguel.

Durante años ha sido una herida abierta, principalmente, en los vecinos más mayores, que, desde entonces, han echado en cara a Erik el Belga que no colaborara más en la búsqueda y recuperación de las piezas.

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