La fira de San Martín de Lascuarre volvió a reunir a numeroso público

Cielo azul, sin rastro de nubes, y sábado soleado que animó a los vecinos de Lascuarre y, en general, a los ribagorzanos a disfrutar de la feria de San Martín cuyo origen se remonta al siglo XII y que se ha sabido conservar aunque adaptándose a cada momento, puesto que, como otros ferias, se basaba en la compra-venta de ganado y de comida y ropa de cara a afrontar el frío del invierno.

El recinto ferial de El Prast contó con la presencia de 25 artesanos en su mayoría agroalimentarios, principalmente, de quesos artesanos, bisutería y cosmética. Destacó también la presencia de una editora de libros infantiles y de los niños del colegio que vendieron productos realizados por ellos mismo para recaudar fondos para acometer alguna actuación en las aulas.

La actividad en el recinto ferial se prolongó hasta las 16 horas y también la del público, especialmente, grupos de amigos que, aprovecharon las hogueras, y los servicios de panadería, carnicería y bar, para comer en el ‘firal’, sobre todo, pandillas de Capella, Castigaleu o La Puebla de Castro.

No faltó la exposición en la ermita con manualidades de Enrique Díaz y el juego de ‘el cacho’ donde los ganadores se llevan a casa una tableta de turrrón.

A las 17 horas la actividad se trasladó al local social, con el campeonato de guiñote y la jornada concluyó con la verbena amenizada por los Lleida Brothers. En el descanso hubo reparto de tomate y embutido y torta.

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