Sociedad
encuentro

Leopoldo López: "Aprendí lo que es la libertad desde una celda"

El opositor venezolano reivindicó la libertad de expresión y la democracia en un encuentro con el presidente de WAN-IFRA, Fernando de Yarza

"Aprendí lo que es la libertad por la carencia de libertad desde una celda de dos por dos metros". Estas palabras se pronuncian en pleno 2020 y las dice un Leopoldo López que todavía no se siente del todo libre porque su causa es la de Venezuela. El opositor llegó a España el pasado 25 de octubre después de siete años de calvario: persecución, encarcelamiento, huelga de hambre, arresto domiciliario. Todo por oponerse al régimen de Nicolás Maduro. Este miércoles, en un encuentro con Fernando de Yarza, presidente de Henneo y de la Asociación Mundial de los Editores de Prensa (WAN-IFRA), previo a una entrevista con  y corresponsales d20Minutose varios medios internacionales –La Stampa, Le Figaro, Frankfurter Allgemeine Zeitung, Jornal de Noticias y The Times– que se publicará en los próximos días, López explicó su caso, que es el de muchos venezolanos. Leopoldo López sabe que le pone cara a un movimiento "por la libertad" y así se lo quiso hacer saber De Yarza. "Tu causa será la nuestra", expuso el presidente de WAN-IFRA, al tiempo que defendió la "libertad de prensa" como uno de sus objetivos prioritarios al frente de la asociación mundial de periódicos y recalcó que el "periodismo libre es uno de los pilares de la democracia". Antes de pasar la palabra a López, De Yarza resaltó el compromiso del líder opositor ante el "régimen tirano de Maduro" y en favor de la "libertad de expresión". Para De Yarza, el objetivo fundamental es defender "la libertad de prensa" y en concreto la de Venezuela. De hecho, su reto es poder "abrazar" a López en Caracas en un futuro no muy lejano. El propio De Yarza, además, recordó que la libertad de prensa "está en riesgo" también en algunas democracias avanzadas y por ello ha tenido que remitir misivas a líderes como Donald Trump o el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro. Al mismo tiempo, elogió "el compromiso" del propio López.

En lo que a libertades se refiere Venezuela tiene un déficit palpable y reconocido. Bien lo sabe Leopoldo López. Su lucha empezó a copar portadas en 2014, pero viene de atrás. Pasó siete años en la cárcel, entre la celda y el arresto domiciliario, se refugió en la embajada de España en Caracas y ahora ha aterrizado en Madrid para seguir con su propósito, pero ya con su familia. Detrás de López hay una historia, que es la historia también de su mujer, Lilian Tintori, y de sus hijos Manuela, Federica y Leopoldo.

En el encuentro auspiciado por WAN-IFRA, y en respuesta a la intervención de Fernando de Yarza, López habló de su pasado, presente y futuro. "Crecí en una Venezuela que era un espacio de democracia" y un "ejemplo para el resto" de Latinoamérica. Eran los tiempos anteriores al chavismo. Los años 70 y 80 se vieron como el inicio de un proceso que se truncó. Así lo cuenta López, que tiene claro que el país ha ido "perdiendo todos los derechos" de la forma más dura: "A sangre y fuego". Así da cuenta López de lo que es la represión y la violencia. Es concreto en sus explicaciones. El opositor lo resume en pocas palabras. "Venezuela es un caso extremo". Y en ese contexto reconoce el papel de la prensa "como un poder dentro de la democracia". Un poder que Venezuela, ahora, no tiene. Otra de las muchas consecuencias del mando de Maduro.

López puede hablar en primera persona, aunque lo hace poco. Y es que su juicio fue "de libertad de expresión". Leopoldo López fue condenado a 13 años, diez meses y 28 días de prisión, en una causa en la que no pudo presentar ni pruebas ni testigos. El régimen de Maduro, en cambio, sí lo hizo. Presentó expertos para analizar los discursos de López, filólogos, analistas, y estos incluso se pusieron de parte del encarcelado: "Dejaron claro que no se incitaba a la violencia en mis discursos". No lo hacían. "Sí que eran muy vehementes", pero eso no es delito. "La cárcel me ha enseñado a apreciar aún más la libertad y la democracia", sentencia López ante la mirada atenta de una Tintori que sigue en todo momento la exposición asintiendo a cada palabra.

Ni quiso ni pudo entrar a explicar cómo llegó a España. No lo hace, de momento, porque sabe que supone un riesgo. Para él, para su familia y para los que están todavía en Venezuela en una situación similar a la que vivió en sus propias carnes. Se ha convertido en una referencia y tiene claro que es el escudero del presidente encargado de Venezuela Juan Guaidó. "Tenemos que cuidar la libertad de expresión" porque "lo que estamos haciendo hoy aquí no lo podríamos hacer en Venezuela". Su rictus es tranquilo, convencido. Es una persona seria, y recuerda cada hecho como si hubiese sucedido hace horas. Da detalles de casi todo. "La libertad de expresión es un derecho" y cuando "se pierde un derecho" se van "perdiendo todos los demás".

En el transcurso del acto con WAN-IFRA, López definió así a Nicolás Maduro: "Es un dictador cruel y sangriento". Pero esa definición no es nueva para él, porque como recuerda, ya es algo reconocido "incluso por la ONU". La lucha de la oposición es la representación de un camino duro y largo. "Empezamos en 2014, cuando Venezuela era todavía un experimento de democracia" y con la subida del precio del petróleo parecía que la luz se posaba sobre el país. Pero Leopoldo López ya sabía que era un espejismo.

El presente y el futuro
"Cuando nos lo decían avisábamos de que no era algo sostenible", explicó en el transcurso de su declaración inicial. Y es que la economía es otro de los indicadores de que nada va bien en el país. La consecuencia es que ahora Venezuela "es pobre", cuando en realidad "tiene un potencial enorme". Un buen ejemplo es la covid. "No tenemos curva que bajar porque la sanidad está completamente saturada, la gente muere en la calle", describe un López convencido de que el proceso para acabar con "la dictadura" será largo, pero su partido, Voluntad Popular, está en ello con el presidente encargado, Juan Guaidó.

A López le cambia la cara cuando habla de lo que vio saliendo de Venezuela. "Ríos de gente caminando hacia la frontera". Maduro, sentencia el opositor, es lo mismo que "ruina". Y en ese punto desmonta el discurso del chavismo: "El desastre no es consecuencia de las sanciones como ellos dicen", las cuales se iniciaron hace alrededor de dos años. "La senda autoritaria empezó mucho antes". Valen los datos: Venezuela tiene 5,5 millones de refugiados y exiliados, ya sea por cuestiones políticas o sociales. "Dos de cada tres personas no pueden comer tres veces al día".

Recuerda varias veces que en siete años no ha sido libre. "Solo tenía conmigo un teléfono móvil" cuando estaba en arresto domiciliario y posteriormente en la embajada de España. En España, precisamente, López pretende seguir con su labor. Ya con su familia y esperando "poder moverse mucho más" para concienciar sobre el papel de la oposición. Sobre el futuro, dio una clave para cerrar el encuentro: "Mi convicción es que habrá cambio, pero para eso hay que salir de Maduro". "Es posible controlar a millones con una represión selectiva". ¿Cómo? Generando miedo. Un miedo que Leopoldo López no tiene. Será porque ya ha vivido de todo. Pero repite: todavía no es cien por cien libre.

 
  • Cadena SER

  •  
Programación
Cadena SER

Hoy por Hoy

Àngels Barceló

Comparte

Compartir desde el minuto: 00:00