"Los jóvenes banalizan el suicidio y hay un efecto-imitación en las redes muy peligroso"

Este lunes se cumplirá una semana desde que el Gobierno de España pusiera en marcha el 024, el teléfono para actuar rápidamente y evitar un suicidio. En Aragón llevan trabajando desde hace dos años desde el Servicio de Prevención del Suicidio y constatan que durante esta pandemia ha habido un aumento preocupante de casos o intentos entre los más jóvenes.

Isabel Irigoyen, psiquiatra y coordinadora de este servicio, explica que una de las causas que han conducido a esta subida es que los adolescentes "banalizan" este tipo de acciones y las redes sociales son un factor desencadenante. Tienen "un efecto-imitación que nos parece realmente preocupante".

"Esta vida es un asco, no tengo ganas de vivir o preferiría estar muerto" son algunas de las señales más directas que nos deben hacer saltar las alarmas. Otras más indirectas: si el joven "está más irascible, no tiene ganas de comer, se aísla en casa, deja las redes sociales y sus relaciones de amistad…", señalaba Irigoyen.

Lo importante, dice la psiquiatra, es que el adolescente hable con alguien con quien tenga buena relación; y sin tapujos, sin miedo a decir la palabra ‘suicidio’. Además, la prevención es la base de todo y, por ello, este servicio aragonés ha creado una guía para educadores, disponible en la web del Gobierno de Aragón, e imparte formación en los centros educativos. También aconsejan educar "en lo emocional" a las familias.