Un mes sin noticias de Esther Dingley

Este martes se cumple un mes desde que desapareciera la montañera británico-holandesa Esther Dingley cuando se encontraba realizando un tour por el Pirineo. Tres días después, el 25 de noviembre, se iniciaron las labores de búsqueda cuando se informó de su desaparición o no regreso a Benasque.

Desde el pasado 22 de noviembre no hay entradas en el blog que comparte con Dan su pareja y tampoco en otras redes sociales en las que solía hacer publicaciones. Quienes sí se han pronunciado han sido su madre Ría y su compañero, Daniel Colegate, con un texto en inglés titulado ‘Sólo queremos que vuelva…’ donde se expresan abiertamente tras días de especulación.

Su madre dice que no es normal para Esther pasar tanto tiempo sin estar en contacto y que la echan de menos desesperadamente. Añade que Esther valora la familia por encima de todo y que, en todos sus viajes, siempre mantienen el contacto, comunicándose incluso varias veces al día.

Su pareja Dan muestra su malestar por los comentarios que sugieren que Esther se ha ido en busca de ‘una nueva vida’ porque explica que la última conversación que mantuvieron estuvo llena de risas, que ella estaba feliz y ambos emocionados con la idea de volver a verse. Explica que al principio habló todos los días con ambos equipos de búsqueda de la policía para coordinar sus propias actividades de senderismo y recibir actualizaciones y que fue interrogado el día 2 y el 7 de diciembre por los equipos de investigación criminal de España y Francia. Añade que ha cooperado plenamente y que su único objetivo es ayudar.

La madre continúa explicando que su hija compartía todos sus planes, preocupaciones y decisiones con ella, principalmente, relacionadas con el impacto que el Brexit podría tener en la vida itinerante que Esther y Dan llevaban desde abril de 2014.

Dan recuerda que, acababan de pasar casi 80 días en el desierto, y que Esther decidió aprovechar el otoño para realizar una gira en solitario a la que el no le acompañó por sus problemas de salud.

Relata que es una montañera con experiencia, y siempre le comunicaba cuando partía y cuando pensaba regresar. El 20 de noviembre, explica, lo pasó en la caravana, y el 21 salió. Esther, continúa, llevaba el equipo adecuado para cuidarse y, desde el pico en el que se encontraba cuando hablaron por última vez, pudo llegar, explica Dan, a cualquier carretera de Francia o España, o a algún refugio porque tenía dos horas de luz.

Tanto su madre como su pareja manifiestan su angustia por no saber dónde está o qué le ha pasado. Agradecen cualquier ayuda que pueda servir para encontrarla.

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